Seguramente seas consciente de que han sido numerosos los litigios que se han creado alrededor del producto bancario de las hipotecas. Sobre todo a raíz de la crisis económica estructural que atravesó nuestro país en 2008. Una crisis que tuvo un alto componente inmobiliario. No en vano, en el marco de esta coyuntura, se detectaron grandes cantidades de impagos en las cuotas de devolución de las hipotecas. Por esta y otras circunstancias, la antigua ley hipotecaria pasó a ser un asunto controvertido. 

En este sentido, se ha producido un cambio en la ley hipotecaria en España. El objetivo de esta modificación legal es el de reducir el significativo número de conflictos, lo que implica una revisión de las relaciones entre los prestamistas y los prestatarios. Entre los bancos y sus clientes. En las siguientes líneas profundizamos en las claves de la nueva ley hipotecaria española de 2019. ¡Toma nota de ellas!

El cambio para la nueva ley hipotecaria

En primer lugar, te presentamos la nueva normativa que va a regir en el ámbito de los préstamos hipotecarios. Se trata de la conocida como ley de crédito inmobiliario. También la habrás podido ver referenciada como Ley 5/2019, de 15 de marzo. Su entrada en vigor, por otro lado, data del 16 de junio de 2019. Su promulgación supone, además, una adaptación, en clave de armonización, a las directrices comunitarias en materia de préstamos hipotecarios.

¿En qué consiste la nueva ley hipotecaria?

 A grandes rasgos, la nueva normativa de aplicación incrementa la seguridad jurídica para los clientes en sus relaciones con los bancarios. En las siguientes líneas te explicamos de qué modo se materializa esta línea maestra en la práctica relativa a estos créditos.

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  • Los gastos propios de la hipoteca van a ser distribuidos de una manera diferente. Siempre ha habido una cierta controversia en torno a quién debe pagarlos (lo normal es que lo hagan los clientes), pero con la nueva ley este punto queda más claro y los costes se asignan de la siguiente manera: la gestoría, el registro, el notario y el AJD ( impuesto hipotecario) los paga el banco, mientras que la tarifa de tasación y apertura/arreglo debe ser pagada por el cliente.
  • Las protecciones al consumidor se incrementarán, por ejemplo, mediante la obligación a los bancos de proveerle información clara, precisa y ajustada a su nivel de entendimiento.
  • Se persiguen las malas prácticas bancarias en estos productos financieros, como las distintas cláusulas abusivas introducidas en los contratos.
  • Se crea una nueva entidad independiente, la cual se encargará de la resolución de los litigios relativos a las reclamaciones relacionadas con las hipotecas.
  • La amortización anticipada será más barata y solo va a poder ser cobrada por las entidades bancarias cuando se demuestre que los contratos hipotecarios les están ocasionando pérdidas.
  • En detrimento de las hipotecas de tasa variable (las cuales el consumidor medio a menudo encuentra más difícil de entender), se alienta a los clientes a obtener hipotecas fijas, lo que les proporciona más seguridad sabiendo, desde el principio, el coste total de la hipoteca que ha solicitado.
  • Podrás cambiar la hipoteca de banco con una mayor facilidad, puesto que no estarás obligado a aceptar la oferta igualatoria que antes podía ofrecerte, cuando buscabas una subrogación, la entidad con la que habías contratado el préstamo.
  • Las cláusulas de vencimiento anticipado y los embargos solo podrán ser aplicados cuando se acumulen doce mensualidades impagadas.
  • Se limita la venta de productos vinculados, por lo que los clientes ya no se ven obligados a contratarlos para obtener la hipoteca, aunque los productos combinados aún pueden venderse siempre que los bancos les ofrezcan opciones alternativas como una ¿comparación?.
  • Desaparecen las cláusulas suelo en las hipotecas de tipo variable.
  • Podrás convertir, siempre que lo desees, las hipotecas multidivisa en euros.
  • Las actividades de los intermediarios financieros van a ser sometidas a un mayor control, lo que va a favorecer la transparencia en los contratos que, con su mediación, firmen los clientes.En definitiva, la ley hipotecaria actual corrige los defectos de la anterior, principalmente a favor del consumidor, lo que le encantará saber a los actuales compradores potenciales. Además, esta nueva ley se ajusta mejor a las condiciones del mercado de préstamos asociadas con la propiedad actual en España.

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